Colombia, febrero de 2010 - No. 1


bullet Frank David Bedoya Muñoz
bullet Rodrigo Gallego F.
   
 
   
 
 

Ensayo sobre la autenticidad y el valor de
Mi delirio sobre el Chimborazo

Elaborado por Frank David Bedoya Muñoz el 7 de enero de 2010

Simón Bolívar fue un guerrero, un estratega, un creador de naciones, un espíritu libre, un Libertador, y además de todo esto, fue un muy buen escritor. Creó más de 3.500 documentos entre cartas, discursos, proclamas y decretos. Toda su obra escrita se caracteriza por una gran lucidez y una asombrosa contundencia, su Manifiesto de Cartagena, su Carta de Jamaica y su Discurso de Angostura, son la mejor muestra de ello. Pero además existe un escrito singular, tanto por su estilo como por su contenido, que ha causado gran controversia, en tanto que algunos, se han negado a creer que haya sido escrito por Bolívar, ese es Mi Delirio sobre el Chimborazo.

La primera copia conocida del documento está fechada el 13 de octubre de 1822, Vicente Lecuna, quien fuera el principal investigador y editor de los documentos de Simón Bolívar, expresó que dicha copia la conservaron los descendientes del Coronel Vicente Aguirre en Quito. El escrito además fue publicado por primera vez en 1833, tres años  después de la muerte de Simón Bolívar, en la Colección de documentos relativos a la Vida Pública del Libertador de Francisco Javier Yañes y Cristóbal Mendoza. A pesar de que existe una copia y una publicación de la época, el original no se ha encontrado.

¿Qué dicen los principales biógrafos de Simón Bolívar sobre la autenticidad de este documento?

El historiador alemán Gerhard Masur, en su biografía Simón Bolívar, asume la posición más escéptica: “El contraste entre los picos de los Andes, con sus crestas de nieves eternas, y la lozanía de la naturaleza tropical inspiró a Bolívar. Empero la leyenda de que ascendió al Chimborazo en un día no se funda en la realidad. Para realizar semejante hazaña habría tenido que ser un semidiós. Bolívar no estuvo jamás en el Chimborazo, y el himno cuya composición se le atribuye es una falsificación, además mala.” (1)

El historiador venezolano Augusto Mijares, en su biografía El Libertador, asume una posición cautelosa: “Durante uno de estos viajes parece que subió al Chimborazo y que poco después de esa excursión escribió la fantasía poética titulada Mi Delirio sobre el Chimborazo. […] No se ha encontrado el original; y las copias más antiguas, fechadas en Loja el 13 de octubre de 1822, no permiten asegurar la autenticidad del texto. Críticos muy autorizados consideran que el Delirio fue escrito sin duda alguna, por Bolívar; aunque Lecuna supone que el Libertador no subió en realidad al Chimborazo, mientras que Grisanti no sólo da como verdadera aquella excursión, sino que aduce numerosos pormenores relativos a ella. Otros autores, por el contrario, consideran el Delirio como una falsificación, que se hizo imitando con escasa felicidad el estilo bolivariano.” (2)

Los historiadores norteamericanos, Waldo Frank en su biografía Simón Bolívar Nacimiento de un mundo, David Bushnell en su biografía Simón Bolívar Hombre de caracas proyecto de América, y el historiador español Mario Hernández Sánchez-Barba en su biografía Simón Bolívar Una pasión política, no hacen ninguna mención del Delirio sobre el Chimborazo.

Por otra parte, la historiadora francesa Gilette Saurat en su biografía Bolívar El Libertador, afirma la autenticidad del escrito y además cita apartes de él: “De esa época data verosímilmente esa página asombrosa escrita al regreso de una excursión al más majestuoso de los volcanes ecuatorianos, conocido bajo el título de «Mi Delirio sobre el Chimborazo»: «Yo venía…” (3)

Y finalmente el historiador británico John Lynch, en su reciente biografía Simón Bolívar expresó: “Siguiendo los pasos de La Condamine y Humboldt, Bolívar subió a la montaña de 6.267 metros, donde experimentó un extraña transformación de carácter espiritual: de pie en lo alto del mundo, vio una aparición que le enseñó la historia del pasado y los pensamientos del destino. Poseído por el dios de Colombia, el Libertador estuvo sumido en este delirio, hasta que la poderosa voz de Colombia lo despertó. Luego, en un estado de hiperconciencia, describió la experiencia en Mi Delirio sobre el Chimborazo, un documento en apariencia tardío y publicado póstumamente. ¿Es cierta esta historia? ¿Es el texto un relato auténtico de un hecho real? ¿O se trata en cambio de un ejercicio de ficción literaria realizada por el mismo Bolívar? ¿O de una metáfora sobre la transfiguración del nuevo salvador sobre una montaña americana, inventada por un devoto temprano del culto de Bolívar? La mayoría de los estudiosos bolivarianos consideran la composición auténtica. Para algunos es una revelación del verdadero Bolívar. Con todo, el escrito continúa siendo un misterio, y la ausencia de testimonios que corroboren su autenticidad y de referencias contemporáneas invita a adoptar una posición agnóstica al respecto.” (4)

Como se puede apreciar, los principales biógrafos de Bolívar, en términos generales, mantienen una posición escéptica sobre el asunto, y esto es comprensible, dado que el rigor del método histórico, obliga, frente a la ausencia del documento original, mantener una postura cautelosa. Por otra parte, saber si Bolívar ascendió o no a la cima del Chimborazo, no es lo importante. Se sabe con toda certeza que Bolívar estuvo en el año de 1822 muy cerca al volcán, no es raro pensar, que un hombre acostumbrado a los más inclementes viajes, en caballos y en mulas, en distancias sorprendentes, que a cualquier hombre, de la época o de hoy, asombraría; viajes por todo un continente de selvas, llanos, altas montañas, pantanos, climas diversos y extremos, en fin… Todo ello, nos da a entender, que no es raro, que Bolívar, haya hecho una excursión al Chimborazo; ¿qué tanto haya ascendido? eso si, nos quedamos sin saberlo. Pero como decía antes, esta cuestión se vuelve trivial, lo importante es valorar y discernir sobre la autenticidad del escrito Mi Delirio sobre el Chimborazo.

Hoy en este ensayo, a partir de un nuevo elemento que me parece un indicio clave para decidir sobre la autenticidad de este escrito, sustentaré la siguiente tesis: Mi Delirio sobre el Chimborazo es un escrito auténtico del Libertador Simón Bolívar. Antes de argüir esto, observemos pues, el texto completo en cuestión.

Mi delirio sobre el Chimborazo (5)
Simón Bolívar

“Yo venía envuelto con el manto de Iris (6), desde donde paga su tributo el caudaloso Orinoco (7) al Dios de las aguas.

Había visitado las encantadas fuentes amazónicas, y quise subir al atalaya del Universo.

Busqué las huellas de La Condamine (8) y de Humboldt (9), seguilas audaz, nada me detuvo; llegué a la región glacial, el éter sofocaba mi aliento.

Ninguna planta humana había hollado la corona diamantina que pusieron las manos de la Eternidad sobre las sienes excelsas del dominador de los Andes.

Yo me dije: este manto de Iris que me ha servido de estandarte, ha recorrido en mis manos sobre regiones infernales, ha surcado los ríos y los mares, ha subido sobre los hombros gigantescos de los Andes; la tierra se ha allanado a los pies de Colombia, y el tiempo no ha podido detener la marcha de la libertad.

Belona (10) ha sido humillada por el resplandor de Iris, ¿y no podré yo trepar sobre los cabellos canosos del gigante de la tierra? ¡Sí podré!

Y arrebatado por la violencia de un espíritu desconocido para mí, que me parecía divino, dejé atrás las huellas de Humboldt, empañando los cristales eternos que circuyen el Chimborazo.

Llego como impulsado por el genio que me animaba, y desfallezco al tocar con mi cabeza la copa del firmamento: tenía a mis pies los umbrales del abismo.

Un delirio febril embarga mi mente; me siento como encendido por un fuego extraño y superior. Era el Dios de Colombia que me poseía.

De repente se me presenta el Tiempo bajo el semblante venerable de un viejo cargado con los despojos de las edades: ceñudo, inclinado, calvo, rizada la tez, una hoz en la mano…

«Yo soy el padre de los siglos, soy el arcano de la fama y del secreto, mi madre fue la Eternidad; los límites de mi imperio los señala el Infinito; no hay sepulcro para mí, porque soy más poderoso que la Muerte; miro lo pasado, miro lo futuro, y por mis manos pasa lo presente.

¿Por qué te envaneces, niño o viejo, hombre o héroe?

¿Crees que es algo tu Universo?

¿Que levantaros sobre un átomo de la creación, es elevaros?

¿Pensáis que los instantes que llamáis siglos pueden servir de medida a mis arcanos?

¿Imagináis que habéis visto la Santa Verdad?

¿Suponéis locamente que vuestras acciones tienen algún precio a mis ojos?

Todo es menos que un punto a la presencia del Infinito que es mi hermano».

Sobrecogido de un terror sagrado, «¿Cómo, ¡oh Tiempo! —respondí— no ha de desvanecerse el mísero mortal que ha subido tan alto?

He pasado a todos los hombres en fortuna, porque me he elevado sobre la cabeza de todos.

Yo domino la tierra con mis plantas; llego al Eterno con mis manos; siento las prisiones infernales bullir bajo mis pasos; estoy mirando junto a mí rutilantes astros, los soles infinitos; mido sin asombro el espacio que encierra la materia, y en tu rostro leo la Historia de lo pasado y los pensamientos del Destino».

«Observa —me dijo—, aprende, conserva en tu mente lo que has visto, dibuja a los ojos de tus semejantes el cuadro del Universo físico, del Universo moral; no escondas los secretos que el cielo te ha revelado: di la verdad a los hombres».

La fantasma desapareció.

Absorto, yerto, por decirlo así, quedé exánime largo tiempo, tendido sobre aquel inmenso diamante que me servía de lecho.

En fin, la tremenda voz de Colombia me grita; resucito, me incorporo, abro con mis propias manos los pesados párpados: vuelvo a ser hombre, y escribo mi delirio.” (11)

El nuevo elemento que me parece un indicio clave para afirmar que Mi Delirio sobre el Chimborazo es un escrito auténtico del Libertador Simón Bolívar, es el siguiente:

No voy a presumir que haya descubierto nada nuevo, de hecho el nuevo elemento para confirmar la autenticidad de este escrito, es una muy reconocida carta de Bolívar. Lo que me sorprende es, que ninguno de los biógrafos de Bolívar e investigadores de sus documentos, hasta ahora, no hayan caído en la cuenta de lo que voy a señalar.

Se trata de aquella carta que envió Simón Bolívar a su maestro Simón Rodríguez, desde Pativilca el 19 de enero de 1824, donde le decía: “¿Se acuerda Vd. cuando fuimos juntos al Monte Sacro en Roma a jurar sobre aquella tierra santa la libertad de la patria? […] Vd. formó mi corazón para la libertad, para la justicia, para lo grande, para lo hermoso. Yo he seguido el sendero que Vd. me señaló.” (12)

Pues bien, el indicio que me confirma la autenticidad de Mi Delirio sobre el Chimborazo, viene a continuación. En esta misma carta, un párrafo más adelante, Bolívar le dice a Simón Rodríguez:

“Venga Vd. al Chimborazo; profane Vd. con su planta atrevida la escala de los titanes, la corona de la tierra, la almena inexpugnable del Universo nuevo. Desde tan alto tenderá Vd. la vista; y al observar el cielo y la tierra, admirando el pasmo de la creación terrena, podrá decir: dos eternidades me contemplan: la pasada y la que viene; y este trono de naturaleza, idéntico a su autor, será tan duradero, indestructible y eterno como el padre del Universo.” (13)

Además de la alusión directa al Chimborazo, vemos, que en tan sólo un párrafo, Bolívar vuelve a utilizar algunos de los conceptos que utilizó en Mi Delirio sobre el Chimborazo, comparemos:

Carta a Simón Rodríguez (1824)

Mi Delirio sobre el Chimborazo (1822)

“Profane Vd. con su planta atrevida la escala de los titanes.”

“Ninguna planta humana había hollado…”

“La corona de la tierra, la almena inexpugnable del Universo nuevo.”

[Valga recordar que en el comienzo del siglo XIX se consideraba al Chimborazo como la más alta montaña del planeta.]

“La corona diamantina que pusieron las manos de la Eternidad sobre las sienes excelsas del dominador de los Andes.”

“Desde tan alto tenderá Vd. la vista; y al observar el cielo y la tierra, admirando el pasmo de la creación terrena, podrá decir: dos eternidades me contemplan: la pasada y la que viene.”

“Llego como impulsado por el genio que me animaba, y desfallezco al tocar con mi cabeza la copa del firmamento: tenía a mis pies los umbrales del abismo.”

“Este trono de naturaleza, idéntico a su autor, será tan duradero, indestructible y eterno como el padre del Universo.”

“Quise subir al atalaya del Universo.”

Mi Delirio sobre el Chimborazo es un escrito auténtico del Libertador Simón Bolívar.

Además valoremos el texto.

Cuando Bolívar escribió este sublime texto poético, había logrado crear un ejército glorioso, había creado una nueva inmensa nación llamada Colombia, estaba ganando la guerra a los españoles, y estaba a punto de expulsarlos definitivamente de Suramérica. Había libertado y unido países. Había recorrido en caballo más kilómetros, de lo que cualquier humano se pudiera imaginar. De tal manera que Mi Delirio sobre el Chimborazo no es sólo un poema, es la experiencia de la grandeza, la sensibilidad de la gloria alcanzada, el testimonio de la grandeza humana, pero a su vez, la modestia de un mortal frente al Universo y un tributo a la majestuosa naturaleza. Era nada más y nada menos que un dialogo con el Tiempo. 

¿Acaso el siguiente párrafo no es el relato más fiel del periplo heroico de Bolívar?: “Este manto de Iris que me ha servido de estandarte, ha recorrido en mis manos sobre regiones infernales, ha surcado los ríos y los mares, ha subido sobre los hombros gigantescos de los Andes; la tierra se ha allanado a los pies de Colombia, y el tiempo no ha podido detener la marcha de la libertad.”

¿Acaso el siguiente párrafo, -donde esta hablando el Tiempo- no es la más bella y perfecta definición del tiempo que algún poeta haya podido crear?: “«Yo soy el padre de los siglos, soy el arcano de la fama y del secreto, mi madre fue la Eternidad; los límites de mi imperio los señala el Infinito; no hay sepulcro para mí, porque soy más poderoso que la Muerte; miro lo pasado, miro lo futuro, y por mis manos pasa lo presente».”

¿Acaso las siguientes cuestiones, que Bolívar pone en la voz del Tiempo, no son las más lúcidas preguntas, dirigidas al hombre?: “¿Por qué te envaneces, niño o viejo, hombre o héroe? ¿Crees que es algo tu Universo?  ¿Que levantaros sobre un átomo de la creación, es elevaros? ¿Pensáis que los instantes que llamáis siglos pueden servir de medida a mis arcanos? ¿Imagináis que habéis visto la Santa Verdad? ¿Suponéis locamente que vuestras acciones tienen algún precio a mis ojos?”

Además sólo el Libertador Simón Bolívar, en un momento de profunda inspiración, podía afirmar estas palabras: “Yo domino la tierra con mis plantas; llego al Eterno con mis manos; siento las prisiones infernales bullir bajo mis pasos; estoy mirando junto a mí rutilantes astros, los soles infinitos; mido sin asombro el espacio que encierra la materia, y en tu rostro leo la Historia de lo pasado y los pensamientos del Destino».

Este escrito singular de Bolívar, tiene un parecido increíble con los discursos de la obra Así habló Zaratustra de Friedrich Nietzsche.

Mi Delirio sobre el Chimborazo es una pieza fundacional de la poesía en nuestro continente, y bien puede ser, uno de los himnos fundadores de nuestros orígenes. En todo caso será siempre el más bello canto, al hombre más grande de Suramérica, -con la particularidad que fue hecho por él mismo-.

*
*   *

  1. Gerhard Masur, Simón Bolívar, Editorial Grijalbo, Bogotá, 1984, p. 402.
  2. Augusto Mijares, El Libertador, Academia Nacional de la Historia, Caracas, 1987, p. 430.
  3. Gilette Saurat, Bolívar El Libertador, Editorial Oveja Negra, Bogotá, 1987, p. 482.
  4. John Lynch, Simón Bolívar, Editorial Crítica, Madrid, 2006, p. 231.
  5. El Chimborazo es un volcán inactivo del Ecuador. Con 6.267 m, es el volcán más alto del Ecuador, pero también es el más alejado del centro del planeta.
  6. En la mitología griega Iris es la personificación del arco iris.
  7. El río Orinoco es uno de los ríos más largos de Suramérica, que atraviesa gran parte de Venezuela y Colombia.
  8. La Condamine en el año 1736, para una misión francesa en el Ecuador, midió el arco de un meridiano e hizo la ascensión al Chimborazo.
  9. En 1802 el barón Alexander von Humboldt, acompañado de Aimé Bonpland y del ecuatoriano Carlos Montúfar trataron de subir hasta la cumbre, pero desistieron a los 5.875 m.
  10. Belona en la mitología romana es la diosa de la guerra.
  11. Simón Bolívar, Obras Completas, Fundación para la Investigación y la Cultura FICA, Bucaramanga, 2008, Tomo IV, p. 53.
  12. Ibíd. Tomo IV, p. 309.
  13. Ibíd. Tomo IV, p. 310.


Inicio | Literatura | Historia | Economía | Tecnología | Actualidad | Nosotros | Contáctenos